La psicología del deporte: reflexiones y panorama actual

José Carrascosa
La psicología del deporte: reflexiones y panorama actual

No es mi intención entrar en aspectos como definición e historia de la psicología del deporte, no pretendo presentar o explicar qué es la psicología del deporte sino hacer una reflexión de en qué punto está actualmente y hacia a dónde se dirige.

Desde la clandestinidad hacia la normalización

El escenario de la psicología del deporte ha cambiado radicalmente respecto a los años 80 y 90, finales del siglo XX. Entonces, hablar de las emociones y el rendimiento en los deportistas era extraño, incluso visto con malos ojos. Quien era sensible y receptivo hacia la ayuda psicológica era cuestionado por sospechoso de ser un deportista “blando” o poco competitivo, de ser un entrenador poco “capacitado”. De ahí que los deportistas de entonces solían esconderse para trabajar con el psicólogo del deporte, buscaban este apoyo fuera de sus clubes, a título personal, asumiendo ellos mismos el coste económico y sin atreverse a comentarlo, menos aún a hablar públicamente del entrenamiento psicológico. El entrenador que contaba con el asesoramiento de un psicólogo del deporte lo ocultaba como una debilidad. El psicólogo en un equipo profesional no existía o era asociado a crisis deportiva, debía convivir con titulares de prensa como “el equipo pasa por el diván del psicólogo” y se ocultaba su presencia e intervención.

Poco a poco la sociedad ha ido cambiando, se va entendiendo la necesidad de bienestar emocional por rendimiento, salud y felicidad. El psicólogo es una figura más aceptada socialmente, habitual en el colegio, el centro de salud, la empresa… Los clubes van contando con el psicólogo del deporte en las etapas de formación. Se comienza a ver algún psicólogo del deporte en equipos profesionales.

Saber Competir es una referencia como normalización del trabajo de la psicología del deporte, con proyectos que abarcan a todo el proceso desde formación hasta rendimiento, desde las edades más tempranas (6 años) hasta el equipo profesional (adultos). El psicólogo del deporte convive diariamente con el equipo, jugadores, entrenador, otros técnicos, sigue la dinámica diaria del equipo, tiene presencia habitual en entrenamientos y partidos, convive con el equipo en todos los momentos como un miembro más del cuerpo técnico… es una figura completamente aceptada que desarrolla su trabajo de forma normalizada.

Ha sido una carrera de obstáculos, un abrir puertas sin cesar, un camino lento, un paso a paso pero sin pausa, un aprendizaje permanente, un continuo examen que superar, insistir, perseverar, mostrar eficacia… Siempre con la idea clara de que la presencia del psicólogo estaría normalizada cuando dejase de ser noticia.

Desde el carácter o personalidad hacia el aprendizaje emocional

Hace veinticinco años la condición de ser competitivo se asociaba al carácter del deportista. Aquél que no tenía carácter no llegaba al deporte profesional, no se confiaba en él y se le excluía, no se le daban oportunidades. El entrenador recurría a un método tradicional basado en la imposición de normas y criterios, la escucha y obediencia por parte del jugador más por temor que por convencimiento, la exigencia basada en el grito y el castigo… Se creía en el llamado “látigo”. Se entendía equivocadamente que quien tenía talento para jugar o entrenar no necesitaba de ayudas psicológicas.

Unos años después se comenzó a considerar la importancia del factor emocional. Se fue entendiendo que el rendimiento también es un estado de ánimo y que dirigir a personas requiere de mucha “mano izquierda” La psicología del deporte empezaba a tener sentido como ayuda al deportista y al entrenador, tenía que ayudar a quien encontrara dificultades o tuviera inquietudes de mejora en la gestión de las emociones. Ganó terreno el trabajo del psicólogo del deporte e irrumpió el profesional del coaching. Ambos profesionales apoyan al deportista o entrenador desde fuera del proceso, al margen del entrenamiento y competición.

En la actualidad se está abriendo un nuevo y apasionante enfoque de trabajo, como es entender que ser competitivo (deportista) y liderar un equipo (entrenador) se enseña, se aprende y se entrena. Es momento de incorporar la psicología al proceso, dejar de apoyar desde fuera, y trabajar conjuntamente en el aprendizaje emocional de forma transversal en entrenamientos, convivencia y competición. Es un enfoque de psico-educativo, de aprendizaje de competencias emocionales. Deportista y entrenador requieren de competencias (soluciones, recursos, herramientas…) que les permita gestionar con eficacia las situaciones propias en el desempeño de su rol.

La psicología del deporte ha evolucionado en veinticinco años desde no ser entendido su cometido a comprender que se ha de trabajar la inteligencia emocional para desarrollar y rentabilizar el talento individual y colectivo. Actualmente los psicólogos del deporte queremos seguir avanzando desde la inteligencia emocional hacia la inteligencia resolutiva. No es suficiente entender y comprender el papel de las emociones, se necesitan competencias emocionales para ganar eficacia en la gestión de las situaciones cotidianas que vive el deportista y el entrenador.

Desde lo individual hacia lo colectivo y lo sistémico

El ámbito de trabajo de la psicología del deporte comienza en el deportista. Por eso hay más tradición de trabajo psicológico en los deportes individuales que en colectivos. El segundo ámbito de trabajo es el equipo, una realidad sobre la que trabajar para construir una identidad colectiva que sea competitiva y con quien alinear los intereses individuales por parte de sus miembros. El tercer ámbito de trabajo es el entrenador, ingeniero grupal y gestor de emociones individuales y colectivas, que aglutina múltiples facetas que debe dominar (enseñar la técnica y la táctica, diseñar entrenamientos, reforzar, corregir, motivar, construir la cohesión interna, educar en valores, gestionar el entorno del equipo…) La complejidad del trabajo del entrenador ha hecho que actualmente se hable de un equipo de trabajo del que es la cara visible y en el que uno de sus miembros es el psicólogo del deporte.

El ámbito de trabajo del psicólogo del deporte no puede obviar la cultura o contexto en el que trabajan deportista y entrenador, me refiero al club o entidad deportiva. La planificación y gestión del club debe identificar unos valores que tengan relación con su historia, una filosofía de juego, un perfil de entrenador, un perfil de jugador, en etapas de formación debe diseñar un proyecto educativo-deportivo que favorezca el desarrollo integral de sus deportistas y el desarrollo profesional de sus entrenadores, debe diseñar la relación con el entorno o contexto social… El trabajo del psicólogo del deporte debe apoyar el desarrollo del club interviniendo en él como un sistema vivo y dinámico.

Otro ámbito de trabajo para el psicólogo del deporte en etapas de formación son madres y padres del deportista. Impulsar una Escuela de Madres-Padres para asesorarles sobre cómo pueden apoyar de forma efectiva el desarrollo deportivo y personal de su hijo/a deportista. Este asesoramiento es clave desde un enfoque educativo, madres y padres no pueden quedar al margen de la educación deportivo-personal, tratando de ir todos los agentes educativos en una misma dirección, un mismo objetivo como es el desarrollo integral del niño/a deportista, evitar que en un futuro se pueda hablar de “juguetes rotos” chicos/as frustrados o quemados por las expectativas del entorno.

El arbitraje es otro ámbito de trabajo para la psicología del deporte. En deportes con un elevado seguimiento mediático puede resultar difícil aislarse de todo tipo de condicionante y simplemente sancionar lo que el árbitro ve o aprecia. Entre las competencias emocionales del árbitro está la autonomía emocional, la resiliencia, el liderazgo emocional, trabajo en equipo, estilos de vida saludable… En la formación de base de los futuros árbitros debería contemplarse el aprendizaje o formación emocional.

Las Federaciones Deportivas suelen contar con la figura del psicólogo del deporte en la formación de entrenadores, en el entrenamiento o preparación de los deportistas de mayor proyección y en el asesoramiento a madres y padres.

El deporte es una metáfora para la vida. Muchos aprendizajes realizados desde el deporte son transferibles o generalizables a otros ámbitos profesionales. De ahí que el psicólogo del deporte, como es nuestro caso, sea demandado por otros profesionales, empresas y personas en las que resulta clave el rendimiento, el trabajo en equipo, el liderazgo emocional… Empresas, directivos, profesionales, artistas, opositores suelen ser clientes de nuestra empresa. Saber Competir trabaja desde el deporte para el deporte y para otros ámbitos profesionales y personales.

Perfil formativo del psicólogo del deporte

El psicólogo del deporte requiere uno de los perfiles formativos más amplios y complejos entre las diferentes especialidades de la psicología.

La exigencia formativa del psicólogo del deporte me lleva a diferenciar una formación básica y otra complementaria, ambas necesarias e imprescindibles.

Como formación básica el psicólogo del deporte requiere el Grado de Psicología y el Máster de Psicología de la Actividad Física y el Deporte. Debe tener una formación amplia en psicología, en deporte y en psicología aplicada al deporte.

Además como formación complementaria el psicólogo del deporte necesita conocimientos y recursos profesionales relacionados con: psicología clínica (bienestar emocional, ansiedad, estrés, procesos cognitivos, obsesiones, control del enfado y la ira…), psicología de los grupos u organizaciones (team building, liderazgo, gestión de conflictos), psicobiología (bioquímica de las emociones y fisiología del rendimiento), pedagogía o ciencias de la educación (entrenar como proceso de enseñanza-aprendizaje, adecuación y presentación de las tareas de entrenamiento, perfil de entrenador-educador).

Además, haber sido deportista, incluso deportista de alto nivel, ofrece una experiencia tan interesante y necesaria que concede un valor añadido y diferencial a la formación básica y complementaria del psicólogo del deporte. Saber Competir está abierto a la incorporación de psicólogos que hayan vivido el deporte de competición desde dentro como deportistas. 

Coaching y psicología del deporte

No entiendo el debate entre psicología del deporte y coaching. Entre las múltiples herramientas que maneja el psicólogo está el acompañamiento desde el coaching, counselling, mentoring y otros… El coaching es una herramienta de trabajo psicológica, es una parte dentro de un todo muchísimo más amplio y complejo como es la psicología. El coaching procede de un modelo dinámico o humanístico, algo alejado de la psicología científico-experimental.

La Psicología no admite el intrusismo ya que requiere para el ejercicio profesional de una formación y titulación oficial y reglada, Grado de Psicología y Máster de Actividad Física y Deporte. Cuando el Coaching no va acompañado de formación y titulación en Psicología se adentra en formas de trabajo no reguladas y no controladas.

Saber Competir trabaja desde la psicología del deporte, una especialidad de la psicología científico-experimental. No trabajamos desde el coaching. Mientras haya cierta indefinición legislativa será el mercado quien se encargue de seleccionar a los profesionales más preparados y más eficaces, como así lo hace. Tranquilidad, pues.

Hacia un futuro exigente y con muchas expectativas

El futuro de la psicología del deporte está asegurado. La demanda hacia la psicología del deporte viene siendo creciente, multiplicativa en los últimos cinco años. Hay una concienciación de la necesidad de optimizar la gestión emocional, de aprender competencias emocionales que ayuden al desarrollo integral en los deportistas, el desarrollo competitivo en los equipos, el desarrollo profesional en los entrenadores… No hay quien detenga esta necesidad ya generada. Es un futuro exigente, que requerirá de profesionales muy preparados, capaces de llenar la “caja de herramientas” de sus clientes, empáticos con el contexto deportivo, conocedores del deporte en el que trabajen, amantes del rigor, trabajo evaluable, eficaz, discreto, sin protagonismo y confidencial.

El futuro excluirá a aquellos psicólogos que pretendan ser más protagonistas que los auténticos protagonistas (equipo, deportista, entrenador, club), a charlatanes no vayan más allá de “titulares motivadores” que venden bien pero son huecos de contenido, a aquellos que no sepan leer los códigos que rigen en el contexto del deporte, que traicionen la confidencialidad y su tarjeta de presentación sea “trabajo con fulanito y le ayudé a ser lo que es”, que desconozcan a nivel técnico-táctico el deporte en el que trabajen o que ni siquiera tengan el hábito de la actividad física.

José Carrascosa

José Carrascosa

Pionero de la psicología del deporte en España, ha trabajado durante más de 25 años con deportistas, entrenadores y equipos profesionales de primer nivel, ha colaborado en logros deportivos de sus clientes (ascensos, títulos nacionales y europeos, marcas europeas y mundiales, medallas olímpicas). Ha ayudado a que haya cambiado la percepción sobre las emociones y el alto rendimiento, desde “echarle güevos” a “competir”, desde el desconocimiento a la toma de conciencia del papel de las emociones sobre el rendimiento y el bienestar. Se considera un “artesano” de la educación y desarrollo emocional