“Ser el más rápido” no depende exclusivamente de tener el “mejor” motor, la mejor puesta a punto, no tiene que ver solo con disponer del mejor coche o moto. “Ser el más rápido” es un estado de ánimo. Ser rápido se asocia con atrevimiento, ambición, ser decidido, agresivo, tener muchos reflejos, también con ser inteligente.
En este artículo vamos a analizar en qué consiste “ser o ir rápido” desde el punto de vista emocional en deportes de motor. Ir rápido es la consecuencia de un estado mental-emocional. Exceso de responsabilidad, necesidad de obtener una buena clasificación, exceso de activación, energía o empuje, dudar al tomar decisiones, pensar demasiado, desconfianza hacia el estado del coche/moto… son vivencias de cualquier piloto que llevan a tomar malas decisiones y cometer errores, ser lento o irregular. El piloto necesita de una pausa mental y emocional que se enseña, se entrena y se aprende.
Aprender a “ser rápido” exige un aprendizaje emocional. No se puede ir rápido solo con atrevimiento y desafiando los miedos. El entrenamiento psicológico debería incorporarse a la formación de los jóvenes pilotos. Les ayudaría a tener una proyección más segura y rápida, con menores riesgos. El piloto profesional necesita de una puesta a punto personal y emocional, tanto como la máquina que conduce. Convive con tal nivel de exigencia y son tantos los intereses que se mueven en torno a él, que es difícil gestionarlo de forma eficaz sin una óptima preparación psicológica.
¿Cuál es el estado ideal de rendimiento en un piloto?, ¿cuáles son las dificultades de tipo emocional que debe aprender a gestionar?, ¿en qué consiste su preparación psicológica?, ¿a qué edad se puede iniciar la preparación psicológica en deportes de motor?
¿Cuál es el estado emocional óptimo que ayuda a un piloto a ir rápido?
Como en otros deportes el estado ideal de rendimiento se conoce con el nombre de Flow/ Fluir. ¿Cómo se concreta este estado en los deportes de motor o velocidad?, ¿qué características identifican el estado emocional óptimo de un piloto?
Dominio de la tarea
La habilidad es un aspecto clave: si no dominas absolutamente lo que haces, no puedes alcanzar el estado emocional de Flow. Conocer muy bien el vehículo, haber rodado muchas horas en entrenamientos, sentirse sincronizado con el coche o la moto, escucharle y sentirle, son necesarios para poner la mente y las emociones al servicio de la tarea.
Dominio del espacio
También es clave conocer bien el circuito y haber rodado muchas veces en él. Los simuladores ayudan a conocer el circuito, pero no es suficiente. Es necesario vivir el circuito hasta conocerlo metro a metro, palmo a palmo.
Concentración
Pilotar exige máxima concentración, ver y hacer, leer y resolver, sin pensar. Exige un nivel de concentración máxima, una conducción en modo alerta, inteligente, donde las decisiones fluyen, es decir surgen solas, sin necesidad de pensarlas.
Decisiones “automáticas”
Según el cerebro percibe la situación, surge la respuesta de forma automática. El cerebro está absolutamente conectado con la tarea y esta le lleva de forma que las decisiones surgen de forma simultánea según los estímulos percibidos. Por tanto, no son decisiones automáticas, más bien son decisiones inteligentes y rápidas. Estas son las buenas decisiones, mejor que las pensadas. En automovilismo, motociclismo, motocross, karting, rally… no hay tiempo para pensar, hay que gestionar el aquí-ahora, vivir el instante presente, ser lo que haces.
Mente limpia
El cerebro debe estar en estado de alerta, en modo examen, inteligente, limpia de “basura emocional”, de modo que la atención se focalice exclusivamente sobre la tarea. No debe existir apenas diálogo interno, mucho menos sentirse mediatizado por el exceso de responsabilidad, ni el temor a cometer errores o a defraudar las expectativas del entorno, ni piques innecesarios con rivales directos… La concentración es tal que ninguna otra información se procesa excepto la tarea. El tiempo se transforma y hasta desaparece; uno pierde la conciencia de sí mismo, se olvida de sí mismo, de hacerlo bien o mal.
Autoconfianza
El sentimiento de competencia ayuda a vivir el Flow. Se tiene una sensación de control personal y control de la situación. Por encima de los riesgos que rodean a la carrera está le certeza en desarrollar la tarea de forma excelente, la seguridad de gestionar cualquier incidente o contratiempo que pudiera surgir en carrera, la confianza de ir muy rápido…
Ajuste de tensión
Existe equilibrio emocional, tranquilidad, pausa, pero también ilusión y una energía justa.
Experiencia autotélica
Por encima de obtener un lugar en el pódium, lograr una buena clasificación, cumplir los tiempos para estar entre los primeros… está la satisfacción intrínseca a pilotar. Sientes lo que haces, eres lo que haces. Lo que haces es el medio y el fin, nada tiene tanto sentido como pilotar cerca de la excelencia y sentir la satisfacción que ello proporciona.
No puede ser rápido un piloto si está en guerra consigo mismo, con su entorno, con rivales… cuando vive angustiado por la propia presión, presionado por su entorno, excesivamente responsabilizado, con miedo a fracasar, con urgencia de rendimiento, nervioso, inseguro, enfadado… La velocidad es un estado de ánimo que empuja a ir rápido. La velocidad es la consecuencia de cómo vive y siente la carrera el piloto. Las emociones negativas llevan a cometer errores.
¿Cuáles son las dificultades de tipo emocional que debe aprender a gestionar un piloto?
He ordenado las dificultades que cualquier piloto se puede encontrar y ha de aprender a gestionar en cuatro grandes grupos:
Dificultades relacionadas con la tarea
En ocasiones hay escasa competencia técnica. Ser rápido no consiste en ser alocado, imprudente, impulsivo, inconsciente… Ser rápido pasa por dominar la conducción, ir perfilando una buena técnica, rodar mucho, pulir detalles, mejorar cada semana… Los pilotos jóvenes no suelen tener paciencia para entrenar, entrenar mucho, mejorar, escuchar las correcciones y perfeccionar la técnica progresivamente. Hay pilotos que no son rápidos porque no pueden serlo, porque tienen mucho que seguir aprendiendo.
A veces hay talento, pero falta preparación emocional. Ser rápido es difícil cuando no se está preparado a nivel emocional. Una atención lábil, a la que le resulta difícil permanecer focalizada sin distracciones, excesivo nerviosismo, decisiones impulsivas, temor al accidente, exceso de responsabilidad… rompen el estado de flow, llevan a errores e impiden ser rápido.
Dificultades relacionadas con el vehículo (coche / moto)
Existe desconfianza hacia la puesta a punto del vehículo. El perfeccionismo trae malas consecuencias. Hay pilotos que nunca tienen el coche o la moto en perfecto estado, siempre temen que surja algún problema mecánico.
Las expectativas negativas limitan el rendimiento. Cuando un piloto llega a convencerse de que su coche o moto “no es competitivo” deja se ser competitivo. Se produce el mecanismo de la profecía autocumplida, temiendo que el coche/moto no sea competitivo se pierde competitividad y se acaba autoconvencido de ello. Los malos resultados siempre encuentran explicación o excusa. Una de ellas es el vehículo. Cuando el piloto se autoconvence de que no tiene un motor, chasis, aerodinámica, suspensión…competitivo deja de ser rápido y competitivo.
Dificultades relacionadas con la competición
Hay pilotos que ruedan rápidos en entrenamientos, pero encuentran más dificultad en series de clasificación o en carrera. Dan una importancia especial a la competición, la sufren, pierden competitividad porque se olvidan de que la tarea es la misma en entrenamientos que en carrera.
Las carreras están llenas de incidentes, imprevistos, dificultades que hay que saber gestionar. No se puede responder con frustración, enfados, desánimo… Ser resiliente, saber gestionar las dificultades es clave para ser competitivo. Tras la dificultad hay que volver rápidamente a conducir con el “piloto automático”, nada puede romper el foco atencional ni sacar del equilibrio emocional. De esta forma es más fácil superar cualquier dificultad.
Dificultades relacionadas con el entorno
Los deportes de motor son caros, suponen un buen desembolso económico, lo que se traduce en una elevada exigencia y escasa paciencia por parte del entorno del piloto, es decir, padres, patrocinadores, responsables del equipo… Muchos pilotos viven cada carrera como una amenaza, temen defraudar las expectativas, el apoyo, la inversión de las personas que hacen posible que compitan. Cuando esto se produce, el rendimiento es imposible.
¿En qué consiste la preparación psicológica de un piloto?
La preparación psicológica se traduce en un aprendizaje emocional. Nadie nace enseñado, a nivel emocional todo se enseña, se entrena y se aprende. Estar preparado se traduce en saber gestionar cualquier situación que pudiera surgir en los diferentes ámbitos en que se mueve un piloto, entrenamientos, carreras, mecánica, trabajo en equipo con ingeniero y mecánicos, convivencia con el compañero de equipo, competencia con los rivales, patrocinios, entorno directo, aficionados… Se trata de estar preparado hasta para los imprevistos, no solo para gestionar situaciones habituales de cualquier piloto, sino también aquéllas que pudieran surgir sin esperar.
La preparación psicológica se traduce en un aprendizaje de competencias emocionales, de forma se sea competente, muy competente o resolutivo, lo que le hará ser competitivo. Ser competitivo no es una cuestión de carácter, sino que está directamente relacionado con el aprendizaje o formación emocional, con la madurez personal.
¿Qué competencias emocionales se deben enseñar a un piloto?, ¿qué competencias emocionales debe aprender un piloto para poder ser competitivo?
AUTONOMÍA EMOCIONAL
El mundo del motor y de las carreras es muy estresante, en el que se ha de convivir con mucha exigencia, intereses, urgencias, competencia, rivalidad… El piloto requiere de autonomía emocional, tener equilibrio y control sobre sus emociones de forma que sepa estar por encima de las circunstancias, sepa tener calma en momentos de dificultad, creer en sí mismo, mantener la motivación, ser práctico en situaciones de conflicto… Las emociones no pueden verse zarandeadas por el devenir de los acontecimientos, estar a merced de la puesta a punto del coche/moto, los resultados anteriores, la clasificación, los tiempos, la exigencia de los responsables del equipo…
¿Qué es, en qué consiste la autonomía emocional?
- Tener la llave del rendimiento, saber manejar el Flow. Saber entrenar y competir bien, desde el punto de vista emocional. Saber encontrar esa pausa, activación justa que permite una concentración e inteligencia máximas, donde las decisiones fluyen, no se piensa, el tiempo se para, uno se olvida de sí mismo, es lo que hace y disfruta plenamente en ello.
- Equilibrio emocional. Ser estable, tener control de las emociones, tener pausa, saber relativizar, dar la importancia adecuada.
- Autoconcepto y autoconfianza. Tener una buena consideración de sí mismo, despertar interés para uno mismo, sentirse competente como piloto independientemente de los resultados o de las opiniones ajenas.
- Pensamiento positivo. Tener un diálogo interno realista, objetivo, racional, sobre el que hay control, un diálogo interno que guía o ayuda en el comportamiento.
- Sentido crítico. Tener criterio u opinión propia, ser autocrítico, tener independencia de criterio, pensar por uno mismo.
- Ser resolutivo. Saber gestionar las situaciones de conflicto, ser conciliador, moverse por la búsqueda de soluciones y no tanto por señalar responsables.
- Interpretar éxito y fracaso. Solo existe el trabajo, un trabajo bien hecho o un trabajo que se puede mejorar. Lo que los demás llaman éxito posiblemente sea un buen trabajo, lo que llaman fracaso sea un trabajo que se puede mejorar. Éxito y fracaso son interpretaciones exageradas a partir de los resultados, muy alejadas del proceso. Estar apegado al proceso da mucha estabilidad emocional.
- Gestionar la frustración. El mundo del motor es muy intenso a nivel emocional. No siempre se cumplen las expectativas. Hay que saber gestionar la frustración de forma que no derive en enfados, inseguridad, desánimo, ansiedad…
- Estar orientado al aprendizaje y la mejora permanente. Se pone énfasis en aprender cada día, ser mejor hoy que ayer y mañana que hoy. Uno se compromete con su propio proceso de desarrollo en la búsqueda permanente de la excelencia deportiva y personal. Ganar es importante, pero lo es más mejorar para tener más oportunidades de ganar, ganar es la consecuencia.
- Potenciar el bienestar emocional. La vida no depende exclusivamente de los entrenamientos y las carreras. Existen otras inquietudes, se cultivan otras facetas que ayudan a apartar la velocidad y a vivir de forma plena. Siendo muy importante no es lo único.
RESILIENCIA
No llegan lo mejores, sino aquellos que mejor superan las dificultades. El desarrollo de un piloto contempla multitud de dificultades u obstáculos que hay que ir superando. Muchos jóvenes se mueven por la inmediatez y por lo fácil. El mundo del motor es precisamente lo contrario, es una carrera de fondo llena de obstáculos. El piloto debe ir aprendiendo a convivir con las dificultades, los problemas viven a la vuelta de la esquina, surgen cuando menos se espera.
Ser resiliente supone:
- Entender y aceptar las dificultades, contratiempos, imprevistos, cambios… Vivimos en una sociedad dinámica, en permanente cambio, el mundo del motor, más aún.
- Trabajar en la búsqueda de soluciones, ser práctico, resolutivo, sin perderse en lamentaciones ni en señalar responsables.
- Perseverar, insistir, seguir trabajando, sin desánimo.
- Trabajar por metas aplazadas, saber trabajar a medio y largo plazo.
- Disfrutar del proceso tanto o más que del resultado.
- Automotivación. La motivación es permanente y son se ve afectada por los acontecimientos. El motor de la motivación es interno, está en uno mismo.
- Creer siempre. Es fácil creer cuando la meta está próxima, lo difícil y meritorio es tener fe en los propios objetivos, sobre todo cuando los demás parece que dudan.
VALORES PERSONALES
Los valores son a las personas como las raíces a los árboles. Una persona con valores es una persona con más criterio en su comportamiento, más estable, fiable, con mayor credibilidad. Los valores personales son también una fuente de motivación interna. Cuando uno se identifica y es fiel a unos valores claros, difícilmente los va a traicionar, atentando contra ellos.
Los valores que un piloto debe aprender e interiorizar son:
- Ilusión. Ser entusiasta, contagiar ilusión, poner pasión…
- Esfuerzo. Poner el máximo esfuerzo físico y emocional en cada momento de trabajo como piloto.
- Ambición. Ser insaciable en el afán de aprender y mejorar, de prepararse para hacerlo mejor que los rivales.
- Humildad. Respetar siempre a los rivales y no perder nunca la referencia de saber de dónde procede uno y lo que le ha costado situarse entre los mejores.
- Juego limpio, ética personal. No vale ganar de cualquier manera. Ganar debe ser la consecuencia de un proceso basado en el esfuerzo, aprendizaje y trabajo bien hecho. No se está dispuesto a utilizar la picaresca ni a hacer trampas.
COMPETIR
Competir supone aceptar el duelo consigo mismo, sabiendo que el mayor rival es uno mismo. Uno ha de superarse a sí mismo, aprender, mejorar, evolucionar, querer ser mejor, buscar permanentemente la excelencia. En este proceso uno ha de enfrentarse y superar los propios obstáculos o barreras internas, los propios miedos, comodidades, inseguridades, manías, filias y fobias…
Solo desde este proceso de aprendizaje y superación personal en el que uno va aprobando sus propias asignaturas pendientes lograr estar en disposición de trabajar mejor, de ser mejor que los adversarios. Competir es estar comprometido con el propio proceso de mejora, recorrer un largo camino de mejora de forma que uno va elevando su propio nivel progresivamente hasta estar en disposición de superar a los demás. Ganar no es el objetivo, es la consecuencia.
Competir exige una cierta dureza emocional ya que requiere autoexigencia, resiliencia, aceptación de los errores y sus correcciones, estar siempre motivado, no caer nunca en el desánimo, moverse por metas aplazadas… No es un camino fácil, es un camino que endurece el carácter.
COMUNICACIÓN / HABILIDADES SOCIALES
Los deportes de motor son deportes de equipo. Aunque el piloto compite solo su trabajo diario se desarrolla en un contexto de trabajo en equipo. Necesita de competencias comunicativas y de habilidades sociales para trabajar y convivir con sus colaboradores. El carácter no puede utilizarse como excusa para no hacer posible un trabajo cooperativo, auténticamente de equipo.
El piloto no puede castigar a sus colaboradores con actitudes que generen un clima tóxico de trabajo, como silencios, enfados, soberbia, distancia, prepotencia… Nadie tiene porqué sufrir dichas actitudes, menos aún los colaboradores, de quien se necesita esfuerzo, trabajo, compromiso, fidelidad, diálogo…
El piloto tiene que hacer posible un clima en el que sea posible una comunicación fluida, un clima afable y cordial, lo que no está reñido con la exigencia. Es necesaria una comunicación multidireccional, que todos puedan hablar con todos, puedan opinar, aportar, discrepar, se acepten correcciones y reproches, se pueda hablar todo, sin ningún tipo de obstáculo, siempre con corrección o de forma asertiva. Muchos equipos de trabajo mueren porque el clima interno es irrespirable.
TRABAJO EN EQUIPO
El piloto ha de saber hacer equipo, no puede convertirse en un enemigo de su propio equipo. Necesita alinear sus intereses particulares con los objetivos del equipo. Respetar las normas internas como cualquier otro miembro, respetar el rol de cada uno de sus colaboradores haciendo que todos se sientan importantes y necesarios en el éxito del equipo. Debe ser generoso en los éxitos y asumir la responsabilidad en los momentos de dificultad.
LIDERAZGO / AUTOLIDERAZGO
El piloto debe aspirar a que sus colaboradores le reconozcan como su líder, lo que no dependerá tanto de que sea competitivo y logre buenos resultados como que sepa liderar el equipo de trabajo. El piloto puede ejercer de jefe déspota o de líder ganándose la autoridad moral, que es la verdadera autoridad.
Nadie está capacitado para liderar a otras personas si no es capaz de liderar su propia vida. Lo que se exige a los demás hay que empezar exigiéndoselo uno mismo.
ESTILOS DE VIDA SALUDABLES
Es más fácil el desarrollo deportivo cuando el piloto es una persona sana y lleva una vida saludable, cuando cuida los descansos, la alimentación, las relaciones personales y afectivas, se organiza una agenda personal que complemente el desgaste del deporte… Poder competir al máximo nivel exige cuidar la dimensión personal, el piloto necesita de la persona. El éxito deportivo y el bienestar emocional deben ir de la mano.
ENTRENAMIENTO IMAGINADO / VISUALIZACIÓN
Hacer en la mente es el paso previo para hacerlo en vivo y en directo. La imaginación es una herramienta poderosa en el proceso de aprendizaje. Para dominar y automatizar gestos técnicos y acciones la visualización es de gran ayuda. La imaginación permite que la mente ponga en marcha los mismos procesos neuromusculares que la acción motora, excepto el movimiento motor. Visualizar es otra forma de entrenar que acumula ensayos y ofrece mayores oportunidades de aprendizaje.
La imaginación es una herramienta muy eficaz para preparar la competición. Activa la atención, deja preparada la ejecución, refuerza la autoconfianza, limpia la basura emocional y favorece la adaptación emocional al escenario competitivo.
La visualización debe ser una herramienta habitual en el entrenamiento del piloto, como un elemento más del entrenamiento, pero también como una herramienta eficaz justo antes de la carrera, una forma de prepararla.
¿Cuándo iniciar la preparación psicológica?
El aprendizaje emocional debe comenzar en el mismo momento en que el niño se sube por primera vez al kart o a la mini-moto. En una primera fase, la educación emocional debe hacerla el entrenador o monitor de manera transversal. Debe ayudar a que el niño o niña disfrute de una forma responsable y debe ir fidelizándole con su propio proceso de aprendizaje o mejora. No se puede defraudar la ilusión inicial, debe transmitir curiosidad por aprender a pilotar y debe ayudar a disfrutar. Estos son los objetivos psicológicos iniciales.
A partir de los 14 o 15 años se puede iniciar un trabajo individual y personalizado de preparación psicológica. No hay que iniciar este trabajo antes, no puede hacerse hasta que el chico o la chica no tengan un desarrollo cognitivo y emocional suficiente para asimilar los aprendizajes emocionales que proponen la preparación psicológica. El trabajo individualizado de preparación psicológica debe realizarlo un psicólogo del deporte.
La mayoría de los pilotos profesionales disponen de un psicólogo del deporte entre sus colaboradores.