


Inicio » Rendimiento » Perfil de «DOBLE ÉXITO»
Lograr el éxito profesional, mantenerlo de forma prolongada en el tiempo y consolidarlo no se entiende si no está cimentado en una dimensión personal sólida. El “profesional” necesita de la “persona”. El desarrollo personal, el equilibrio emocional o la energía vital se proyecta sobre cualquiera de las facetas de la vida de una persona, la actividad laboral o profesional, los afectos, la amistad…
No se puede sostener durante más tiempo el engaño al que hemos estado sometidos de que el éxito profesional requiere vivir la profesión con una dedicación plena y exclusiva, veinticuatro horas, con muchos sacrificios o renuncias de tipo personal y familiar. En el contexto del fútbol está bien visto ese entrenador que se autodefine como un obseso o loco del fútbol, que vive el fútbol durante las veinticuatro horas del día. El entrenador de éxito se suele asociar con la imagen de un profesional que casi no descansa, dedicado a preparar entrenamientos, observar partidos del rival, elaborar vídeos para su equipo… ¡Craso error!, ¡gran mentira!
El perfil de profesional dedicado total y exclusivamente a la profesión ya no interesa a la empresa moderna, con una visión mucho más actual. No están bien vistos los que no desconectan del trabajo y no tienen vida personal, pues acaban siendo una fuente de conflictos, sobre todo cuando la estructura está organizada en equipos de trabajo. Suelen ser ambiciosos, buscan su éxito personal, son perfeccionistas, ansiosos, poco empáticos, magnifican las dificultades, trasmiten inseguridad, no son espontáneos en la relación con sus colaboradores… Ya pasó su tiempo.
Actualmente se buscan líderes que estén avalados tanto por un buen nivel de cualificación profesional como por la existencia de habilidades personales o competencias emocionales. Es necesario cuidar y potenciar el desarrollo personal, también para ser mejores profesionales. Ser persona es un recurso imprescindible en el bagaje de un buen profesional.
El equilibrio personal y la salud emocional suponen un aprendizaje permanente, un trabajo sobre el interior de uno mismo, de gestión de las propias emociones, de vivir con satisfacción la propia vida. Pero también supone aprender a gestionar con eficacia las propias circunstancias, tanto aquellas más próximas al ejercicio profesional (relación con el entrenador, los compañeros, directivos, medios de comunicación y aficionados) como otras mucho más personales (pareja, familia, amigos/as, sucesos vitales).
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