En el año 1994 coincidí con Paco López en el Levante UD, en 2ª división B. En aquella temporada el fútbol nos unió a varias personas entre las que seguimos manteniendo una buena amistad, compartiendo el fútbol como coartada para vernos. Paco López siempre ha sido un apasionado del fútbol, antes como jugador y ahora como entrenador. Apasionado, pero analítico a la vez. Ya cuando jugaba se hacía preguntas propias de quien analiza el fútbol, quiere comprenderlo y dominarlo. Siempre me ha parecido que Paco López tenía una entrevista muy interesante. Es prudente como persona, pero atrevido en el desarrollo de su profesión. Le gusta asumir riesgos como entrenador, tanto dentro del terreno de juego como fuera, en su metodología de trabajo que, desde mi punto de vista, es innovadora. Los equipos se acaban mimetizando con el carácter y la filosofía de su entrenador. El Levante UD es fiel reflejo de cómo es y cómo trabajo Paco López Fernández (Silla,1967)
— José Carrascosa (Director Revista Saber Competir)
Perfil personal, la persona que está detrás del entrenador
Me considero una persona sencilla, familiar, y disfruto de lo que es una prioridad en mi vida, la familia, los amigos… Soy un apasionado de mi trabajo y no me importa dedicarle muchas horas, disfruto con ello. Mi lema de vida, tras unas vivencias personales difíciles o duras es “disfrutar del día a día”.
No sé cómo me percibe la gente. Las personas que me conocen opinan que soy cercano, natural, cordial y, aunque ahora desarrolle mi trabajo en la élite del fútbol profesional, pienso que me siguen viendo de la misma forma.
Me reconozco como una persona bastante normal, a la que no le gusta llamar la atención ni hacer mucho ruido. Igual resulta atípico entre los entrenadores, pero no tengo manías apenas, en ocasiones repito alguna prenda de vestir tras una victoria, pero poco más.
La familia para mí es una prioridad, un pilar fundamental, mi punto de apoyo siempre, pero sobre todo, en los malos momentos. Siempre me han apoyado en mis decisiones, me han animado en momentos complicados, sin duda para mí han incidido en mi trabajo de forma muy positiva.
Paco López, futbolista
Era un futbolista apasionado, que vivía el fútbol intensamente. Era un jugador rápido, hábil, creo que listo, con proyección, aunque las lesiones marcaron mucho mi carrera profesional. Era muy propenso a las lesiones musculares, siempre he pensado que eso fue un condicionante importante que me impidió llegar a la élite. Mi trayectoria profesional transcurrió sobre todo en 2ª división A y B.
Haber vivido la experiencia de bastantes vestuarios y tenido muchos entrenadores te hace ver y valorar lo que quisieras y no quisieras ser como entrenador. Son muchas vivencias que te enseñan y te marcan de cara al futuro.
Inquietud por formarse permanentemente
Durante mi carrera como futbolista no dudé ni un momento que debía complementar el fútbol con seguir formándome. Tenía claro a qué quería dedicar mi vida, y es por ello que desde bien joven comencé los cursos de entrenador. Cursé los niveles I y II, a la vez que cursaba estudios superiores en Educación Física. Cuando me retiré como futbolista, cursé el Nivel III de Entrenador.
Considero que es compatible disfrutar de la profesión de futbolista y a la vez seguir formándote, creo que es importantísimo. Ahora, sigo formándome en el día a día, leyendo, consultando, observando… No es cierto que en el fútbol todo esté inventado, el fútbol evoluciona permanentemente. Es un desafío estar al día, innovar, adelantarte a los demás en iniciativas y formas de trabajo efectivas.
Aprender de todo y de todos
He tenido muchísimos entrenadores a lo largo de mi trayectoria deportiva, podrían ser una veintena de entrenadores, de todos ellos saqué experiencias, unas positivas y otras menos positivas, pero al final todas ellas me han ayudado de alguna forma en mi desarrollo como entrenador. Entre otros entrenadores tuve a Juande Ramos, en el Levante; a Quique Hernández, en el Hércules; a Carlos Simó, en el Mestalla y Murcia; a Fabri Gonzáles, en el Murcia; a Paco Chaparro en el Extremadura… ¡De todos se aprende!
Como ya he comentado, soy un apasionado de este deporte, por lo que desde bien joven sabía que mi amor por el fútbol haría que de una manera u otra mi vida estuviera ligada a él. Por ello con 20 o 21 años ya estaba cursando los niveles I y II de entrenador. Siendo futbolista ya me gustaba analizar a los rivales antes de enfrentarnos a ellos. Es necesario hacerse preguntas que te inviten a reflexionar, consultar y aprender, hay que tener la mente abierta para seguir aprendiendo de cada experiencia.
El entrenador es un gestor de emociones
Como entrenador, considero que la gestión de las emociones es una de las funciones o trabajos más importantes dentro del vestuario, pero también es una de las facetas del trabajo del entrenador más difíciles, porque “esto va de seres humanos”.
En el fútbol de hoy el aspecto emocional marca diferencias, hay que trabajar el aspecto psicológico SIEMPRE. Es vital en momentos determinantes o importantes de la temporada, en momentos de dificultad en el rendimiento individual de los futbolistas o cuando surgen conflictos en el equipo. “Las emociones son el motor de nuestro comportamiento” (Carrascosa, 2011).
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Relación de confianza y exigencia con el futbolista
Como decía, esto va de personas, de seres humanos. En la relación con el futbolista tratamos de ser naturales. Partimos de la idea de que lo importante de este juego es el jugador y que es él el que debe ser protagonista de su propio aprendizaje o mejora individual y colectiva. Eso exige tener mucha comunicación y mucha confianza en el futbolista. Y considero que la CONFIANZA no está reñida con la EXIGENCIA. El intercambio de información con el jugador debe ser constante, le damos mucha importancia al trabajo de mejora del jugador y del equipo, al proceso de reflexión con ellos.
Me interesa primero la persona porque, si como entrenador no soy capaz de llegar a ella, difícilmente podré conseguir la unidad en el grupo.
No dejarse llevar por expectativas previas
Siempre hay que estar abiertos, el rendimiento de un jugador no depende exclusivamente de él sino de las posibilidades u oportunidades que tenga en un determinado contexto y la capacidad que tenga para adaptarse a él y encontrar soluciones. Las situaciones, como el juego, son dinámicas, cambiantes, evolucionan. Nunca se está en la misma situación. Si cambias las condiciones del contexto, también puede cambiar el rendimiento. Tratamos de generar condiciones que ayuden al futbolista a expresarse como es, en su mejor versión. En muchas ocasiones el futbolista te sorprende para bien.
Diálogo, convencimiento, respeto
Soy partidario de convencer-persuadir, de fomentar la comunicación con el jugador, de estimular su reflexión, en lugar de “ordeno y mando”. No me gusta ser directivo, me gusta escuchar y compartir con el jugador, me gusta generar diálogo y que ellos se expresen. Pero entiendo que en este mundo del fútbol todos los estilos pueden ser válidos.
El RESPETO es uno de los valores más importantes que ha de tener un equipo de fútbol, respeto dentro del equipo y respeto también hacia el rival. Considero que un entrenador consigue ganarse el respeto de sus jugadores cuando perciben sinceridad, cuando observan en el día a día que ellos son lo más importante, cuando se les facilita y se les permite disfrutar de su profesión. Así es cómo considero que un entrenador se gana el respeto de sus jugadores y puede llegar a tener “autoridad moral”, que es la verdadera autoridad. No es necesario imponerse ni ser autoritario, sino más bien convencer con hechos, desde el comportamiento. El respeto puedes pedirlo, pero es mejor ganártelo. Para mí no es suficiente ser el entrenador, necesito que los jugadores me identifiquen como su entrenador.
Atrevimiento no está reñido con prudencia
Ambos adjetivos, atrevido y prudente, pueden acompañar a un entrenador atrevido y valiente. En mi caso particular, me considero a nivel futbolístico un entrenador atrevido, pero en mi vida cotidiana rige la prudencia.
Cada entrenador o cada cuerpo técnico es un método. Nosotros tratamos de ser coherentes con lo que pensamos, no sé si se trata de una metodología innovadora o no, pero en nuestro ADN está presente una visión sistémica, nos ayuda a ver el todo. El futbolista y el equipo son un todo, no se debe ignorar una parte de ese sistema que es el jugador y el equipo.
Involucrar a los jugadores, dar participación
No creemos en entrenar al equipo sobre el automatismo y sí sobre la capacidad de adaptación a la variedad de situaciones mediante comportamientos preferentes. Somos diferentes según el contexto, siempre emergen ideas, pero lo principal es que el jugador sea el protagonista de su propio aprendizaje.
Tratamos de que el jugador tenga una reacción pro-activa y nosotros una escucha-activa. Nos gusta generar diálogo entre los jugadores para encontrar soluciones y a partir de ahí emergen situaciones. Entendemos que el diálogo no siempre te lleva a la solución ideal, porque igual no hay una sola solución correcta, sino que hay muchas posibilidades de solución. Parece que no estamos acostumbrados a que se queden situaciones abiertas, pero es muy interesante hacer pensar, involucrar en el análisis, en la búsqueda de soluciones, en la toma de decisiones… El proceso es mucho más rico cuando se involucra a los jugadores en los procesos de trabajo.
Queremos que el jugador participe, proponga, hable, sugiera… tenga una actitud proactiva. No nos gusta que simplemente escuche, porque de esta forma no sabes lo que piensa y su grado de compromiso es menor. Ello nos obliga a escuchar, pero escuchar de verdad, de forma activa, sin prejuicios ni ponernos a la defensiva. Es clave generar un clima de comunicación en el que cualquiera se sienta invitado a hablar o decir. Esto enriquece mucho los procesos de trabajo.
Jugadores que analizan su rendimiento
Es que también es responsabilidad del jugador ver y analizar sus propios entrenamiento y partidos. En nuestra forma de entender este deporte dentro de su complejidad, involucramos al jugador, que es el verdadero protagonista, a que sea responsable de su propio aprendizaje. En general nos hemos encontrado con jugadores muy receptivos y muchos nos han sorprendido positivamente con su implicación en esta forma de trabajar. Es más, muchos han superado con creces nuestras propias expectativas.
Lo habitual es que el análisis lo haga el entrenador, aunque sea apoyado en imágenes. El jugador está acostumbrado a escuchar y muchas veces no llega a interiorizar el análisis, lo interpreta como una evaluación o juicio que hace de él el entrenador. Nosotros queremos que el jugador haga el primer análisis sobre su propio rendimiento. Es sorprendente el nivel de concreción al que llegan muchos jugadores. De esta forma su análisis abre la puerta al cambio, mejora o aprendizaje.
Jugadores que participan en el análisis del rival
Los jugadores saben mucho de este juego y nosotros les ayudamos a generar esa reflexión y diálogo entre ellos. Buscamos que de ahí aparezca una idea común de cómo podemos hacer las cosas para enfrentarnos a un rival. No buscamos un consenso, sino que todos entiendan el por qué y para qué, se sientan partícipes y protagonistas en las decisiones que tomamos. Generamos diferentes estrategias, dinámicas, no tenemos estrategias estanco, cambiamos, variamos en función de muchas cosas, del momento, de cómo estén, etc.
Incluso las conclusiones del análisis del postpartido es para los jugadores que son los que van a volver a jugar. Ellos identifican sus puntos de mejora y lo llevan al entrenamiento, todo desde el juego.
Ganar es compatible con mejorar a nivel individual y colectivo
Los jugadores quieren ganar, pero también quieren sentir que mejoran en su profesión. En nuestro caso tenemos un registro del proceso de mejora individual. El cuerpo técnico tiene reuniones personales con cada jugador. Hay que permitir que cada futbolista viva su momento, pero sin olvidar su mejora individual. Nos preocupa mucho y le damos mucha importancia al trabajo de mejora del jugador. El resultado es importante, pero también es muy importante el proceso. Reflexionar con ello, con los jugadores, nos ayuda a ajustar los procesos.
El talento es mucho más que calidad técnica o táctica individual
El talento no es solo la exquisita calidad técnica individual de un jugador. El talento requiere de la voluntad de una mejora continua, de la pasión por el juego, de la disposición para el esfuerzo y sufrimiento o la resistencia frente a la adversidad… Talento es también motivación, compromiso personal, control emocional.
Para mí el talento en cierta medida es una cuestión de insistencia, de esfuerzo diario, lógicamente hay una parte innata, pero también es la capacidad que tengas para demostrarlo en los momentos difíciles, incluso tiene cobra más valor o sentido cuando la situación es desafiante.
El reto de construir un verdadero equipo
El concepto de equipo en el fútbol lo es todo para la consecución de los objetivos, pero también es lo más difícil de conseguir. No es fácil alinear los intereses individuales con los colectivos. Nuestro reto como entrenadores siempre es llegar a construir un verdadero equipo. La calidad individual se puede comprar, pero el equipo se construye.
Para nosotros es fundamental el crear un CLIMA POSITIVO DE TRABAJO Y COMUNICACIÓN entre todos los integrantes del equipo, ahí van incluidos jugadores, cuerpo técnico, servicios médicos, empleados del material… instauramos en el vestuario unos valores que son nuestras señas de identidad, consensuamos entre todos unas normas internas no escritas, potenciamos a determinados jugadores como líderes positivos en el vestuario. Tratar de educar esos valores y respetar esas normas dentro del equipo hace que el grupo sea más sólido y fuerte, sobre todo en los momentos difíciles.
¿Cómo gestiono los egos de jóvenes ambiciosos? Trato de hacerlo con naturalidad, dialogando con el jugador, escuchando y entendiendo los momentos de los jugadores, trato de hacerles ver que lo más inteligente es seguir trabajando y mejorando y que entiendan que todos son importantes para el equipo independientemente del rol que les toca desempeñar. También apelamos a esos valores que hemos construido entre todos.
En la labor de construir un verdadero equipo nos apoyamos en los capitanes, son los auténticos mediadores, suelen tomar iniciativas, incluso han llegado a resolver conflictos sin que nosotros participemos. Pero no solo ayudan los capitanes. Creemos mucho en la autogestión, en el diálogo, implicando a todo el grupo en la responsabilidad de ayudar a resolver esos conflictos.
Un equipo con señas de identidad, reconocible
Dicen que nuestro equipo es atrevido y que nunca se rinde. ¿Es carácter de los jugadores? Trabajamos en el equipo unas señas de identidad propias. El carácter o la personalidad de mis jugadores está ahí, pero hacemos mucho trabajo a nivel colectivo para ser como somos sobre el terreno de juego. Tenemos una frase como lema en el vestuario y que apelamos mucho a ella, “El TALENTO TIENE LIMITES, la ILUSIÓN, el ESFUERZO, la FE, la PASIÓN, NO”.
Perseverancia frente a inmediatez
Muchos entornos no favorecen a los chicos más jóvenes, pero creo que viene dado también porque vivimos en una sociedad de resultados inmediatos. Todos queremos que el trabajo dé resultados al día siguiente, y esto es algo que sucede desde edades muy tempranas (padres, representantes…).
Desde nuestra posición hay que ayudarles a entender las exigencias de la sociedad y darles herramientas para que puedan entender que el camino hacia el éxito es un proceso en el surgen dificultades, que exige ser muy perseverantes para seguir trabajando hasta superarlas. Tratamos de hacerles ver que es más importante cómo lo consigo que cuánto consigo y cuándo lo consigo.
¿Ejercer liderazgo?
No sé si soy un líder, no me preocupa. Trato de ser natural, honesto y ejercer mi profesión con responsabilidad, tratando de aprender de todas las experiencias del día a día, transmitir emociones positivas, como ilusión, ayudar a crear un clima de esfuerzo, confianza y disfrute, intento tener empatía, transmitir unos valores o principios de comportamiento… Esto es lo que realmente me ocupa y me preocupa.
LÍDER para mí es sobre todo ser persona antes que entrenador, ser HONESTO y JUSTO. Pienso que actualmente el liderazgo trasciende más allá del vestuario, puesto que esos valores y señas de identidad de las que he hablado y que van calando en el vestuario, debemos transmitirlo también al entorno del equipo. Es importante trasladar nuestra filosofía de juego, la metodología de trabajo y los valores más allá del vestuario, gestionar la relación con los aficionados y los medios de comunicación dando a conocer nuestro propio estilo. En definitiva, debemos ser coherentes y transparentes dentro y fuera del vestuario.
Trabajar en equipo, dar ejemplo desde el cuerpo técnico
Somos un cuerpo técnico multidisciplinar, me gusta delegar en mis colaboradores, tienen iniciativas e inquietudes constantemente, son auténticos generadores de ideas, tienen absoluta libertad para opinar, es más, me gusta mucho escuchar, conversar, intercambiar información y opiniones. Nuestras decisiones son consensuadas entre todos. Hemos conseguido crear un clima de absoluta confianza. También saben que esa implicación conlleva responsabilidades.
He tenido suerte, o más bien, he sabido rodearme de personas muy formadas, preparadas, inteligentes y excelentes en el plano humano, Toni López (2º entrenador), Nico Bosch (entrenador de porteros) y Sergio Navarro (entrenador asistente), ¡gracias por hacerme mejor cada día! Y concretamente, qué decir de Toni, mi hermano, así es, MI APOYO INCONDICIONAL, ¡sabes que nunca te va a fallar!
El resultado no puede hacer perder la referencia del proceso
La experiencia te va enseñando que casi todo es relativo según desde el punto de vista de cada uno. Sabemos perfectamente que vivimos de los resultados, pero no podemos vivir contaminados por los resultados. Por ello, es mucho más productivo e inteligente poner el foco en nuestro trabajo, en el proceso. Aprendí que es mejor no preocuparse de lo que no depende de uno mismo, es más práctico centrar nuestra energía y atención en el trabajo porque es lo que depende de nosotros. El resultado suele ser la consecuencia-
Y eso es lo que trasladamos a los jugadores, disfrutar desde el máximo esfuerzo y separar el trabajo del resultado. Poner el foco en lo que queremos conseguir y no en lo que queremos evitar. Eso nos da energía siempre, sobre todo en los momentos de malos resultados. Es importante saber gestionar emocionalmente los momentos de dificultad.
A los jóvenes entrenadores
¿Qué les diría a los entrenadores que sueñan con llegar al fútbol profesional? Deben formarse y prepararse continuamente. Hay muchas maneras de hacerlo, no solamente leyendo libros. Ser ambiciosos, pero la clave está en disfrutar de lo que tienen (entrenar a un infantil, juvenil, a un equipo no profesional, etc.) y no ansiar lo que no tienen, que es un poco la marca de esta sociedad. Que tengan ilusión, y que peleen por SER y no por estar.
Agradecemos que Paco López nos haya abierto su “libreta” de trabajo y nos la haya mostrado. Como bien dice, nadie tiene la verdad absoluta. Puede haber diferentes caminos y todos igualmente válidos. Este es el camino que Paco López ha elegido recorrer como entrenador, al que es fiel y con el que es coherente. Desde mi punto de vista, es una metodología que se acerca a las propuestas de la neuroeducación (ilusión, participación activa, experiencia vivida, aprendizaje, metacognición, disfrute…). Es una metodología innovadora en el sentido de ir más allá de las metodologías habituales. Tiene mérito arriesgar porque supone salir de lo conocido y adentrarse en territorio inexplorado, aunque el riesgo es menor cuando son propuestas avaladas por teorías del aprendizaje y de la pedagogía del entrenamiento. Muchas gracias, Paco.
— José Carrascosa